El sector energético requiere precisión técnica y una clara visión estatégica a largo plazo

El 16/01/2006 LOS PRINCIPIOS ON LINE de Concepción del Uruguay, Entre Ríos (www.losprincipiosonline.com.ar) reprodujo textualmente un artículo publicado en www.derf.com.ar (otro diario electrónico de Santa Fe).

En el mismo el Vicepresidente de la Comisión de Energía de la Cámara de Diputados enuncia una seria de medidas adoptadas o aprobadas, textualmente …“este paquete de proyectos tiende a neutralizar tales déficit en la generación”.

Por una parte resulta interesante constatar que por fin se empieza a asumir que Argentina se encuentra inmersa en una crisis energética, acerca de la cual cuando quien suscribe esta nota la había anunciado claramente hace dos años –previas advertencias en artículos precedentes de al menos un quinquenio atrás-, varios opinantes intentaron “bajar los decibeles” al dramático cuadro de situación que se nos presenta; y que salvo rápidas acciones, podrá ser sencillamente catastrófico económica, social y políticamente.

Posiblemente esas “advertencias de catástrofe energética”, además de ser muy crudas y directas, han cometido la “impertinencia” de provenir de un analista de la marginal provincia de Misiones, pues para algunos herederos políticos de los unitarios, solo son importantes las opiniones emanadas de intelectuales de la Pampa Húmeda o del “País Central”, y todas las ideas y análisis provenientes del “Norte Pobre” o de “Sur Despoblado” son “de segunda categoría”, y como tales suelen ser tildados de “poco creíbles”.

Es que en Argentina, navegando desde hace más de un cuarto de siglo en el mar de la improvisación, de la corrupción y del “vale todo”, ha sido moneda corriente que algunas rimbombantes opiniones políticas intenten tapar la cruda realidad que muestran los estudios y análisis técnicos bien fundamentados. Pero esa técnica, que es como intentar tapar el Sol con la mano, prolijamente secundada por determinados comunicadores sociales superficiales o peor aún mercenarios, solo sirve para distraer la atención, pues pronto la realidad se muestra con toda su crudeza.

Evidentemente desde el año 2002 se están produciendo cambios, varios de ellos profundos, otros insuficientes y algunos aún pendientes, pero que en conjunto han modificado o anulado los paradigmas pretendidamente indiscutibles del neoliberalismo y de la globalización a ultranza, que tanto daño han causado en el tejido social, político y económico de Argentina.

En general las iniciativas enunciadas por el Diputado Alfredo Fernández están orientadas a un cambio en la matriz energética, volviéndose a dar más preponderancia a fuentes de generación diferentes al petróleo y el gas, lo cual es correcto y de estricta necesidad.

No obstante, por provenir de alguien que ocupa tan elevada responsabilidad en el Poder Legislativo, resultan en extremo preocupantes varias notables imprecisiones, errores y omisiones; las que o bien fueron mal transcriptas por los periodistas, o –mucho peor aún- evidenciaría que se sigue “opinando al voleo”, sin conocimiento profundo del tema y casi por compromiso. Y en el Sector Energético, los errores y las improvisaciones se pagan muy caro, tal como enseña la historia argentina y mundial en la materia.

Correctamente se manifiesta a favor de la terminación de Atucha 2, pero omite la importancia de contar con un Plan Atómico a mediano y largo plazo, incluyendo en él a las centrales modulares CarEM.

Menciona como generalizando …”el complejo de generación hidroeléctrica en la Mesopotamia (Yacyretá y Ayacuá)”..; y ese carácter “genérico” se presta a confusiones, pues en “la Mesopotamia” existen numerosos proyectos hidroeléctricos de gran importancia. Yacyretá es solo uno de ellos, y hubiese sido mucho más preciso situarlo geográficamente en el Río Paraná en Corrientes, cerca del límite con Misiones, pues generalizando “así nomás” puede confundirse con Paraná Medio, con Garabí u otros. Además Aná Cuá o Anacuá (no “Ayacuá”) es solamente una ampliación de Yacyretá, agregándose dos turbinas menores en el actual vertedero.

Omite totalmente mencionar el importante proyecto hidroeléctrico de Garabí, el cual cuenta con muy buen consenso favorable en los municipios misioneros y correntinos del Alto Uruguay.

Menciona después que se debe …”terminar de colocar las turbinas en Corpus”.. y eso ya es un craso error que evidencia un absoluta desconocimiento del tema. ¿Cómo va a “terminar de colocar las turbinas” en una obra que no solo no se empezó aún, sino que todavía no se definió con meridiana claridad la voluntad de terminar los estudios a nivel de proyecto ejecutivo y comenzar la construcción de la gigantesca obra de Corpus Christi?

Lamentablemente omite mencionar la absoluta necesidad de retomar el control y la propiedad de nuestros hidrocarburos, anulando las concesiones de explotación otorgadas por decreto durante el menemismo, y no menciona la falta de inversiones en prospección ni la carencia de datos fiables, por provenir solo de declaraciones juradas de las empresas extranjeras que extraen nuestro gas y nuestro petróleo. Y este es un tema de máxima prioridad, pues nos estamos quedando sin reservas y sin las divisas de las exportaciones del poco gas y petróleo con reservas comprobadas, que aún tenemos en nuestro subsuelo.

Respecto al hidrógeno, la opinión vertida es muy superficial , pues evidencia desconocer u omite decir que no es un combustible en sí mismo, sino un vector, y que para obtenerlo se debe consumir más energía que la que después produce el hidrógeno puro.

Por ello, sin desmerecer los estudios científicos que la CNEA está realizando respecto al hidrógeno, debe ubicárselo en su justo contexto, de alternativa para determinados nichos de consumo, pero muy distante de ser una gran solución al agotamiento de los hidrocarburos.

Con relación a la energía eólica, será importante que se base en estudios serios, como los de la Comisión Nacional de Energía Atómica, sumándose los aportes de profesionales serios, como el caso del Ing. Roberto Rovedatti. Pero es fundamental que los equipos que se instalen sean de producción nacional. Tal vez por excesiva síntesis, esto no fue dicho por el Diputado opinante.

Mientras que parecería que en Argentina se sigue en el voluntarismo, con escasos datos técnicos y sin una precisa planificación a mediano y largo plazo, con escuálidos organismo técnicos desarticulados por la “orgía neoliberal” y aún no reconstituidos; en Brasil tienen un Ministerio de Energía, con varios centenares de profesionales de primer nivel, trabajando sobre datos e informes concretos, y opinándose solo avalados por opiniones técnicamente autorizadas.

Sin una adecuada planificación energética y sin obras que sustenten la demanda que el desarrollo socio económico exige, nos encaminamos irremisiblemente a otra crisis energética de monstruosas proporciones, que pondrá en riesgo la propia viabilidad de nuestro país.

Por: Carlos Andres Ortiz
Ex Docente – Investigador
de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNaM
Especialista en temas energético
Especialista en Gestión de Producción y Ambiente