El químico habla
- Creado por admin
- El 7 octubre, 2005
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Riesgos y preocupaciones sobre los cultivos transgénicos
La ciencia avanza día a día influida por las necesidades de la humanidad como son salud y nutrición.
Es en estas áreas donde actualmente los países desarrollados invierten más recursos por generar productos cada vez más nutritivos para satisfacer las necesidades de una población. Desgraciadamente las naciones más pobres son las que necesitan de los conocimientos y la tecnología para terminar con el hambre provocada por factores naturales y humanos.
En la actualidad la introducción de cultivos y alimentos transgénicos ha generado interrogantes de sus posibles consecuencias negativas. Las inquietudes se formulan desde acerca de la salud humana, el daño al medio ambiente, la modificación de las prácticas actuales de cultivo y producción de alimentos en los países desarrollados y la perturbación de las prácticas y economías tradicionales en los países menos desarrollados.
La posibilidad de que se produzca un acrecentamiento de las reacciones alérgicas a los alimentos como resultado de la modificación genética tiene influencia emocional fuerte, debido a que muchos de nosotros experimentamos reacciones alérgicas a muchos alimentos que no provienen de un tratamiento genético para modificarlo, como en el caso del huevo, la leche de vaca o los productos marinos.
Sin embargo, hasta el momento no existen pruebas de que los alimentos genéticamente modificados puedan causar más reacciones alérgicas que los alimentos tradicionales.
También el empleo de sustancias marcadoras de la resistencia a los antibióticos en el desarrollo de cultivos transgénicos ha despertado inquietudes acerca de la posibilidad de que los cultivos promuevan la pérdida de nuestra capacidad de tratar enfermedades con medicamentos antibióticos.
La transferencia de un gen de la resistencia preveniente de un alimento transgénico a los microorganismos que normalmente se alojan en la boca, estómago e intestinos, o a las bacterias que ingerimos junto con los alimentos, podría ayudar a que estos mocroorganismos sobrevivan a una dosis oral de medicamento antibiótico, pero es muy poco probable dentro del medio ácido del estómago humano.
Además, existen pruebas que demuestran la eficacia de medicamentos antibióticos administrados por vía oral, sin el riesgo generado por los genes de la resistencia a los antibióticos en las plantas transgénicas.
Cuando los científicos desarrollan una planta transgénica, insertan fragmentos de ADN que originalmente no existan en esa planta, por ejemplo, genes que combaten plagas o ataques de hongos patógenos para esas plantas, lo cual ayudan al desarrollo saludable máximo de dicha planta.
A menudo esos fragmentos de ADN provienen de especies totalmente diferentes, como virus y bacterias. Pero ¿hay algún peligro generado por la ingestión de este ADN “extraño”? Cada vez que comemos algo ingerimos ADN. El ADN es el plan maestro de la vida y todos los seres vivos contienen ADN en muchas de sus células.
La mayor parte de él se descompone en moléculas más simples cuando digerimos la comida. Una pequeña cantidad no es descompuesta y es absorbida en el torrente sanguíneo o excretada en las heces. El sistema normal de defensa del organismo finalmente destruye este ADN. Hasta el momento, no hay pruebas de que el ADN de los cultivos transgénicos sea más peligroso para nosotros que el ADN de los cultivos tradicionales, animales y los microorganismos que los acompañan.
Un aspecto muy importante sobre el cual se efectuarán numerosas investigaciones es la calidad nutricional de los alimentos genéticamente modificados y su comparación con los alimentos tradicionales.
Se estudia en la actualidad la cuantificación de isoflavonas (sustancias que previenen las cardiopatías, cáncer de mama y osteoporosis) en cultivos transgénicos y en las variedades tradicionales de soya, y las diferencias en la concentración de estas sustancias encontradas en los experimentos parecen pequeñas o moderadas en comparación con la concentración natural.
Los estudios auspiciados por la industria y presentados en apoyo de solicitudes de autorización para vender cultivos transgénicos indican que los componentes tradicionales en los alimentos tradicionales son similares a los transgénicos.
Por: QFB Jorge Manuel Beltrán Peña
Fuente: El Siglo
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