El frío también existe
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- El 19 enero, 2010
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El hombre es un ser homotermo, es decir, que para que se verifiquen los procesos internos que son la base de la vida, es necesario que la temperatura corporal se mantenga estable. Pequeños cambios de temperatura producen a veces desequilibrios en las funciones vitales. Con cambios de mayor magnitud, las modificaciones son tan importantes que se pone en peligro la vida del individuo. Por eso digo que a pesar de que el frío no figura como riesgo en el Listado de Enfermedades del Trabajo, en el mundo laboral este riesgo está, y podemos afirmar que ¡el frío también existe!.
Exposición al frío
Por lo general el hombre no está preparado para soportar el clima frío y la adaptación a este riesgo se hace generalmente con la provisión de ropas aislantes y con calefacción en el lugar de trabajo.
El cuerpo humano genera energía a través de numerosas reacciones bioquímicas cuya base son los compuestos que forman los alimentos y el oxígeno del aire inhalado. La energía que se crea se emplea en mantener las funciones vitales, realizar esfuerzos, movimientos, etc. Gran parte de esta energía desprendida es calorífica. El calor generado debe mantener la temperatura del organismo constante.
La piel es un manto aislante natural muy importante del cuerpo humano, por la importante vascularización que tiene, mucho más importante que sus necesidades nutritivas. Esta vascularización es un mecanismo de reserva importante para el mantenimiento del calor en el cuerpo. Se debe tener en cuenta que un sujeto que está a temperatura ambiente de 9 grados C, mantiene la sangre al abandonar el corazón alrededor de 37 grados C, pero al llegar a la punta de los dedos se enfría a 21 grado C, lo que como se puede apreciar es una pérdida importante de calor del cuerpo humano, que se debe tener en cuenta.
En la exposición al frío se produce una vasoconstricción cutánea superficial generalizada (piel de gallina), por que la sangre deja de circular por el manto más exterior desviándose hacia venas mas profundas, todo lo cual supone un aumento del poder aislante térmico de la piel en seis veces.
El cuerpo al distribuir la sangre hacia territorios más profundos supone, un aumento del volumen sanguíneo central, y un aumento de las resistencias periféricas, lo que se va a traducir en un aumento de la tensión arterial.
El corazón reacciona aumentando la frecuencia cardíaca, para impulsar la sangre más rápidamente por el cuerpo, y que se enfríe lo menos posible. Teniendo en cuenta el movimiento muscular roba más cantidad de oxígeno que en condiciones ambientales neutras. Los receptores cutáneos del torax producen una hiperventilación y un aumento de la resistencia de las vías aéreas, con el objetivo de equilibrar la temperatura del aire inhalado con la del cuerpo.
Cuando la potencia generada no puede disiparse en la cantidad necesaria, porque el ambiente es caluroso, la temperatura del cuerpo aumenta y se habla de riesgo de estrés térmico. Si por el contrario el flujo de calor cedido al ambiente es excesivo, la temperatura del cuerpo desciende y se dice que existe riesgo de estrés por frío. Se generan entonces una serie de mecanismos destinados a aumentar la generación interna de calor y disminuir su pérdida, entre ellos destacan el aumento involuntario de la actividad metabólica y la vasoconstricción. Los escalofríos implica la activación de los músculos con la correspondiente generación de energía acompañada de calor.
La vasoconstricción trata de disminuir el flujo de sangre a la superficie del cuerpo y dificultar así la disipación de calor al ambiente. Paradójicamente y debido a la vasoconstricción, los miembros mas alejados del núcleo central del organismo ven disminuido el flujo de sangre y por lo tanto del calor que ésta transporta, por lo que su temperatura desciende y existe riesgo de congelación en manos, pies, etc.
Estos dos efectos principales del frío, descenso de la temperatura interna (hipotermia) y congelación de los miembros originan la subdivisión de las situaciones de estrés por frío en enfriamiento general del cuerpo y enfriamiento local de ciertas partes del cuerpo (extremidades, cara, etc.).
El frío en el trabajo
La exposición laboral a ambientes fríos depende fundamentalmente de la temperatura y de la velocidad del aire. El enfriamiento del cuerpo o de los miembros que quedan al descubierto puede originar hipotermia o su congelación.
Las respuestas subjetivas de los trabajadores son indicadores validos para reconocer el estrés debido al frío en el lugar de trabajo, debiendo prestar especial atención a la presencia de entumecimiento y escalofríos, que constituyen la respuesta del organismo a este tipo de estrés y sirven de mecanismo de protección al aumentar la actividad metabólica.
Si se produce un descenso notable en la destreza general y en la habilidad manual de los trabajadores, con disminución de la fuerza muscular y descenso de la agudeza visual y auditiva, es posible que se deba al estrés debido al frío, pudiendo generar riesgos adicionales para la seguridad del afectado y la de sus compañeros, derivados de la lentitud de reacción y la torpeza de movimientos.
Los cambios repentinos de temperatura provocan el aumento de la frecuencia cardíaca, contracción o dilatación de los vasos sanguíneos, disminución de la tensión muscular, incremento del ritmo respiratorio, reacción sudorífica y aumento de la temperatura corporal.
Esto es consecuencia de la acción del mecanismo termorregulador del organismo humano, que se pone en tensión y demanda un equilibrio.
Algunos procesos de trabajo que se realizan en lugares cerrados, además de los que se llevan a cabo en cámaras frigoríficas y de congelación, han de realizarse necesariamente en condiciones de frío. En otros casos, como en la construcción, agricultura, etc. el trabajo se realiza al aire libre y por tanto los trabajadores, en invierno o en zonas climáticas frías, están expuestos al frío.
Esta exposición al frío puede producir desde incomodidad, disminución de la capacidad física, a congelaciones en los dedos de las manos y los pies, mejillas, nariz y orejas (enfriamiento general del cuerpo), que consiste en una pérdida severa de calor corporal. Por lo general, con un ajuste apropiado de la vestimenta, se consigue controlar y regular la pérdida de calor corporal para equilibrar los cambios con el medio ambiente.
El hombre que trabaja en ambiente frío, logra adaptarse modificando su comportamiento y realizando su aclimatación. En la aclimatación disminuye la vasoconstricción cutánea tolerando mejor el frío. Disminuyen los escalofríos también disminuyen en intensidad y se toleran mejor. A su vez el panículo adiposo tiende a aumentar, incrementando de esa manera el poder aislante de la piel. Estos efectos se han observado en voluntarios en cámaras climáticas especialmente preparadas para observar la reacción del cuerpo ante el frío.
Al principio estos sujetos tenían unos escalofríos intensos que no les dejaban dormir y además aumentaban el ejercicio de manera voluntaria. Posteriormente los escalofríos disminuían y los toleraban, pudiendo llegar a conciliar el sueño.
El organismo humano necesita un medio interno estable, la temperatura central no debe descender de los 36 grados C, para ello la piel actúa como el mejor aislante en el medio ambiente. La exposición al frío produce una perdida de calor a nivel cutáneo y de las vías respiratorias a su vez el cuerpo pone a disposición diversos mecanismos con el objetivo de mantener la homeostasis.
El frío puede producir patologías a dos niveles, local y general. Las locales son por ejemplo las congelaciones y las generales como la hipotermia que son menos frecuentes. El aislamiento por la vestimenta y el trabajo muscular son suficientes para asegurar el balance térmico del sujeto. La muerte por disminución de la temperatura central puede sobrevenir si concurren además del frío, una inmovilidad por la fatiga o sueño o una inmersión prolongada en agua. La clínica comienza con intensos escalofríos, dolores musculares violentos, taquicardia, hipertensión arterial, vasoconstricción periférica, hiperventilación y poliuria.
Hacia los 34 grado Ce de temperatura central se aprecian en el individuo problemas al hablar, a los 3l grados C, hay pérdida de la conciencia, y sujeto puede morir si llega a los 25 grados C, por fibrilación ventricular o parálisis del SNC.
Puede ocurrir lo que se llama congelaciones profundas que se caracterizan por afectar todo el espesor de la piel y del tejido subcutáneo. Aparecen ampollas violáceas hemorrágicas con necrosis cutánea progresiva de coloración azul-grisácea. Como sintomatología se destaca una ausencia de sensibilidad, el tejido afectado se siente «como corcho».
Prevención
Tomando las precauciones necesarias, los empleadores y trabajadores pueden, juntos, minimizar los efectos potenciales del estrés debido al frío.
- Es importante que los trabajadores hagan todo lo posible por evitar el estrés debido al frío.
- Es esencial que la ropa que lleven puesta cuando estén sometidos a condiciones frías tenga buen aislamiento y ventilación.
- Se consigue un mejor aislamiento poniéndose varias capas de ropa, en lugar de una sola prenda abrigada.
- Las distintas capas de ropa permiten que el trabajador vaya quitándose o poniéndose prendas para aclimatarse a las condiciones atmosféricas durante el período de trabajo.
- Durante los descansos se aconseja acudir a sitios más cálidos y los líquidos perdidos deben sustituirse por medio de bebidas calientes, dulces y sin cafeína con el fin de evitar la deshidratación.
- Proteger las extremidades de los trabajadores evita el enfriamiento localizado.
- Limitar el consumo de café como diurético y modificador de la circulación sanguínea, minimiza las pérdidas de agua y, por lo tanto, de calor.
- Disminuir el tiempo de permanencia en ambientes fríos minimiza la pérdida de calor.
- Cuando el trabajador tenga que manejar llaves, grifos, etc. o cuyas manos tengan que entrar en contacto con substancias muy frías, se les facilitarán guantes o manoplas de material aislante del frío.
- A veces la existencia de la ropa de protección complica la comodidad de la gente que trabaja.
- Los expuestos a ambientes enfriados artificialmente, como las cámaras frigoríficas de conservación, pueden alternar períodos de exposición al frío con períodos de recuperación con calefacción.
- Se deberán realizar los reconocimientos médicos previos, a fin de detectar disfunciones circulatorias, problemas dérmicos, respiratorios, etc. que no es conveniente que padezca, quien va a ingresar a este tipo de tareas.
- Excluir a individuos con medicación que interfiera la regulación de temperatura.
- Evitar pérdidas excesivas de energía calorífica.
- Controlar el ritmo de trabajo. Aumentar el metabolismo para generar mayor potencia calorífica evitando excederse, ya que podría aumentar la sudoración y el humedecimiento de la ropa.
- Establecer regímenes de trabajo-recuperación. Recuperar pérdidas de energía calorífica.
Bibliografía:
- Enciclopedia de Salud y Seguridad en el Trabajo. Organización Internacional del Trabajo / Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales (España). Volumen II,
- Administración de Seguridad y Salud Ocupacionales OSHA.
- Castejon, E. “El confort térmico y su evaluación”. (INSHT). Madrid.
- Castejón, E. “Evaluación del ambiente térmico en higiene del trabajo”.
- Garrido, M. y Pérez, P. “El trabajo en ambientes de sobrecarga térmica”. Gil, I.; Moreno, M. J.; Morandeira, J. R; Deus, J.; Laguena, U. “Hipotermia. Medicina Integral”. 1998.
- Lic. Fabiana Aruta. UNIVERSIDAD DEL ACONCAGUA.
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Los escalofrios son un mecanismo que crea el cuerpo en forma totalmente automática para producir calor. Los escalofríos, vulgarmente llamados “tiritar”, son contracciones musculares sincrónicos, son reflejas y prácticamente de todos los grupos musculares, que producen un aumento importante de calorías, aumentando el metabolismo entre dos y cuatro veces, respecto al reposo. El individuo que tiene frío comienza con escalofríos cuando la temperatura cutánea media entre 31 a 33 grados C, iniciándose más rápido en los sujetos delgados que en los obesos. La función de los escalofríos es aumentar la producción interna de calor, que también puede venir por el aumento de la actividad física espontánea. En España le denominan “tiritera”. |
La pérdida de calor se produce por cuatro mecanismos:
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Riesgos del ambiente frío Como factor de riesgo físico, el frío se basa en el mismo principio señalado en relación al calor. El organismo debe mantener una temperatura profunda constante, por encima de los 36º C, para lo cual produce calor. Si la temperatura exterior es baja, exposición al frío, el calor producido en forma natural se pierde aceleradamente, llegando a poner en riesgo la vida. La pérdida de calor es mayor mientras más baja es la temperatura externa y mientras mayor es la velocidad del viento, el cual ayuda a disipar más rápidamente el calor producido. Además del riesgo de congelamiento que puede amenazar la vida, el frío produce incomodidad y obliga a un mayor esfuerzo muscular, con aumento del riesgo de lesiones musculares. También desconcentra y disminuye la sensibilidad de la piel, con riesgo de accidentes. El frío produce efectos sobre el aparato respiratorio, favoreciendo la aparición de todo tipo de infecciones respiratorias, convirtiéndose también en agravante de enfermedades cardiovasculares. |
Por: Dr. Hugo Francisco Rostagno
Fuente: www.empresaludng.com.ar
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