Ecologistas fundamentalistas culpables de la crisis energética
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- El 17 diciembre, 2008
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Concebido y alentado por el Club de Roma, el movimiento ecologista a escala mundial es una de las más eficaces “herramientas de choque” a favor de la globalización a ultranza.
Dos de las principales organizaciones seudo ecologistas transnacionales –Greenpeace y World Wild Found (esta última con su filial “argentina” Fundación Vida Silvestre)-, fueron creadas y originalmente dirigidas desde Gran Bretaña (nada parece indicar que “la manija” de ambas “multis” de la ecolatría hayan dejado de estar en manos británicas), como herramientas de presión del viejo imperio en primer lugar, y en segundo lugar como agentes activos al servicio del Nuevo Orden Mundial.
Con fuertes vinculaciones con grandes grupos petroleros transnacionales, sobre todo la anglo holandesa Shell, se han dedicado a favorecer la generación eléctrica en base a petróleo y gas –Termoelectricidad- (o sea a defender a sus espónsores petroleros), “olvidándose” que ese tipo de generación es altamente contaminante y malgasta preciosos recursos no renovables, como son precisamente los hidrocarburos.
Al atacar artera e infundadamente a la Generación Hidroeléctrica y la Generación Nuclear, los objetivos reales de estos ecologistas de opereta son múltiples y perversos:
a) Eliminar la competencia real de las Centrales Termoeléctricas, favoreciendo los consumos de petróleo y gas;
b) Entorpecer los procesos de desarrollo socio económico de los países subdesarrollados, para los cuales un imperativo ineludible es contar con crecientes y abundantes cantidades de energía eléctrica barata;
c) “Demonizar” con una retahíla de mentiras, exageraciones y tergiversaciones a las usinas hidroeléctricas y nucleares, instalando en el subconsciente colectivo de las poblaciones miedos irracionales y subconscientes, manipulando las conciencias para preparar resignadamente la aceptación de pautas culturales del subdesarrollo crónico, exaltando las falsas “virtudes” de la regresión a pautas de vida cavernarias o poco menos, atacando a la vez todo lo que pueda inducir al desarrollo, bajo pretextos de conservacionismo extremo fanático y seudo religioso.
Los espejitos de colores de estos neo colonizadores culturales de la “onda New Age” (Nueva Era), son las erróneamente llamadas “energías limpias” o “nuevas fuentes de energía”. NO son limpias ni son nuevas. Todas tienen costos ambientales importantes (que los programas televisivos seudo culturales de National Geographic y otros canales similares no niegan pero ocultan sistemáticamente, y que las organizaciones transnacionales del ecologismo ultra niegan y ocultan perversamente).
Pero además de esos costos ambientales (por ejemplo construir los paneles solares consume más energía que la que generan en toda su vida útil), con mucha sutileza pasan por alto sus enormes limitaciones técnicas. Siguiendo con los ejemplos, las solares no producen energía de noche, o en días nublados, y producen mucha menos en altas latitudes (lejos del Ecuador); o las eólicas, que dependen de un recurso inmanejable y aleatorio, como es el viento, que por ende no aportan Potencia Firme a los Sistemas Eléctricos y necesitan funcionar en paralelo con otra usina convencional (perdón lector por la terminología técnica, ineludible en estos casos).
En Argentina los ultra ecologistas atacaron con saña feroz a todos los proyectos hidroeléctricos y nucleares, operando incluso para desarticular y desguazar el Sector Nuclear Argentino (orgullo genuino de la tecnología y de la industria avanzada de Nuestro País). Pero ¡eso sí!, guardaron un profundo y totalmente cómplice silencio ante la proliferación de Usinas Termoeléctricas (que queman petróleo y gas que no tenemos), y ante el peligroso y muy acentuado sesgo gasífero de nuestra matriz energética (dicho en castizo fácil, muy alta e irracional dependencia del gas natural).
Esos mismos ruidosos y patoteros seudo ecologistas guardaron silencio cómplice ante las políticas antinacionales –los ecologistas ultras son apátridas y cipayos por definición-, antisociales e incluso antiambientales del menemato y del delarruato; mientras que fueron muy activos para apoyar las paralizaciones del Plan Nuclear y el Plan Hidroeléctrico Argentino (recordar las costosas y estrafalarias campañas y manifestaciones públicas de Greenpeace…cuando les conviene…a sus aviesos fines, NO al conservacionismo neutro y puro).
Tampoco los “expertos” del ecologismo ultra alertaron acerca de la gigantesca crisis energética, no solo antes que se manifieste (allá por el 2002/2003, cuando pocos enfrentamos al “pensamiento energéticamente correcto” que repetía que “todo marchaba bien en el Sector Energético Argentino); los fundamentalistas de la ecología tampoco dijeron nada de la crisis eléctrica cuando emergió con fuerza en 2006, y nada dijeron hasta ahora.
¡Y que van a decir, si ellos son culpables directos de la crisis, al alentar falsas y engañosas opciones de generación, como la eólica, la solar, la geotermia y otras; mientras entorpecieron las soluciones reales, que son las obras hidroeléctricas y nucleares, y los biocombustibles! ¡Que van a decir de los problemas que la falta de potencia instalada ocasiona al crecimiento económico, si ellos son impulsores y cultores fanáticos de la siniestra filosofía del “crecimiento cero”, ocultada bajo engañosas e incumplibles “normas” de “desarrollo autosostenible”, que en realidad de desarrollo no tiene nada y de autosustentable solo la miseria crónica que producen.
No son los únicos culpables, pero sin duda están entre los principales instigadores de la inacción y de los espejismos de las falsas “soluciones totales”, que irónicamente son totalmente incoherentes, como la exaltación a nivel de idolatría, de las llamadas “nuevas fuentes de energía”; las cuales usan como pantalla para distraer la atención, confundir a los crédulos sin conocimientos, y enredar el entendimiento de políticos mediocres, corruptos o carentes de visión de Grandeza Nacional. Después de los grandes estadistas que –guste o no a sus encarnizados opositores- fueron Perón y Frondizi, y de algunas presencias señeras e inconfundiblemente patriotas, como Scalabrini Ortiz, Jauretche, y más recientemente Guglialmelli, Fuschini Mejía y algunos otros; el desbarranque nos llevó a la crisis terminal de 2001. Pero por su extensión y profundidad esto ya es tema de otros artículos.
Los ultra ecologistas, fariseístas consumados, repiten mentiras hasta el cansancio, de forma que por la mera repetición sean tomadas como verdades indiscutibles.
Son profetas de la alucinación colectiva que adora el “conservacionismo” como valor supremo, aún a costa de condenar a la miseria más abyecta a la mayor parte de la población mundial, pues son cultores del subdesarrollo crónico, situación que –es bien sabido- lleva a la miseria socio económica crónica, la desesperanza absoluta y la marginación más inhumana.
Los más de ellos, repetidores de verdades a medias y mentiras encubiertas, elaboradas en el Primer Mundo para el consumo fácil de resentidos sociales, ilusos, desinformados y otros variopintos personajes que terminan siendo dóciles rebaños guiados por lobos disfrazados de dulces pastores, que –estos sí- sabiendo el daño que hacen, no les provoca asco alguno trabajar de mercenarios a tiempo completo, como dirigentes ecologistas rentados, o en algunos casos son “niños bien” ávidos de fama fácil y lisonjas superficiales; más si esos “cargos” les dan chapa prestada y hueca, para opinar como “especialistas” sin ser entendidos de nada. ¡Y si de paso les sirven como trampolín para cargos políticos, las nada altruistas motivaciones quedan muy en claro!
Recordemos como ejemplo claro a seguir, la Rusia de Putin, que recompuso una potencia mundial que estaba en franca disolución política y disgregación social. Su accionar tuvo varios puntos claves, elementales e ineludibles: 1) reestatizó la enorme riqueza petrolífera y gasífera, con lo cual se apoderó de las mega rentas con las que financió su proceso de desarrollo y de rearme; a la vez que pasó a controlar un sector estratégico muy sensible; 2) expulsó sin miramientos a más de cien ONGs seudo ecologistas, acusadas de espionaje y de realizar tareas de disolución social; 3) volvió a incentivar el patriotismo y el orgullo nacional; 4) se plantó en cuestiones geopolíticas cruciales, frenando las agresiones que estaban consumando las potencias anglosajonas.
¡Argentinos, a las cosas! Y que los culpables principales del descalabro energético –los apátridas neoliberales y los también apátridas ultraecologistas, entre otros- paguen sus culpas con el escarnio y el rechazo público. ¡Los pueblos que no tienen memoria tampoco tienen futuro!
Recordemos que por enseñar verdades mayúsculas pero “políticamente incorrectas”, y por el “pecado” de “escribir mucho” (constantes artículos y a la fecha ocho libros) fui perseguido doctrinariamente por los dogmáticos del neoliberalismo y las “corporaciones” de la hoy muy cuestionada y plagada de escándalos Universidad Nacional de Misiones. Y eso hace al tema.
Por: C.P.N. Carlos Andrés Ortiz
Ex Docente – Investigador = Facultad de Ciencias Económicas = UNaM
Especialista en Gestión de Producción y Ambiente
Cursante de la Maestría en Gestión de la Energía
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