Biocombustibles a partir de madera: una nueva opción
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- El 8 julio, 2008
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Sin lugar a dudas, la producción y uso de los biocombustibles crece a ritmo acelerado a nivel mundial como alternativa al consumo de combustibles fósiles, señalados éstos como responsables en gran medida del aumento de CO2 en la atmósfera.
Sin embargo debe tenerse en cuenta que muchas de las materias primas utilizadas para la obtención de estos biocarburantes, principalmente los cereales y oleaginosas, son cuestionadas por diferentes razones:
– Actualmente se discute que algunas de ellas poseen un balance energético negativo o escasamente positivo.
– Se argumenta que en ciertas regiones fomenta la deforestación de bosques tropicales para destinar esas tierras al cultivo de soja o palma aceitera.
– Varias de ellas provocan una competencia con los alimentos.
Frente a lo expuesto la madera, ya sea proveniente de plantaciones con forestales cultivados expresamente para obtener energía, o de restos de poda, raleos y tala de los bosques; como así también los residuos provenientes del procesamiento primario (aserrín, virutas, cortezas) y/o secundario (recortes y descartes de las industrias de remanufacturas, muebles, paneles, etc.) de la misma, se presenta como una alternativa superadora a tales cuestionamientos.
Recordemos que la madera como tal ha sido utilizada por el hombre desde hace miles de años como fuente de energía calórica y aún hoy es el principal combustible de gran parte de la población de muchos países de África, Asia y América.
Es en los últimos decenios que se ha diversificado enormemente sus posibilidades en materia energética, siendo posible obtener a partir de ella en la actualidad biocombustibles sólidos -como leña, astillas, briquetas, pelets y carbón vegetal-, gaseosos -como biogas- y líquidos -como bioetanol y aceites de pirólisis-.
Se estima que unos 2,5 kilos de biomasa pueden sustituir 1 litro de petróleo y sus derivados.
En el mundo existen numerosas plantas que producen energía térmica o eléctrica (o ambas simultáneamente) a partir de esta materia prima lignocelulósica.
En varios países la utilización de pelets como combustible para estufas y calderas a nivel domiciliario y de edificios públicos es cada vez más común y con una gran aceptación de parte de los consumidores ya que se trata de un proceso ecoeficiente.
Cabe destacar asimismo que la normativa del Protocolo de Kyoto establece que las emisiones de CO2 procedentes de biomasa, no computan en el balance de cuotas de gases invernadero asignadas a los países y a las industrias de los países firmantes de dicho Protocolo.
La Universidad Nacional de Cuyo, en el marco del Programa de Bioenergía que lleva adelante el Instituto de Energía de la misma, y el Instituto Terciario Vera Peñaloza juntamente con el Municipio de San Carlos, vienen desarrollando desde hace más de un año diversas experiencias de cultivo de especies forestales (álamos, sauces y eucaliptos) en altas densidades de plantación (10.000 y 20.000 plantas/ ha) y en cortos turnos de corta (2, 3 o 4 años) para la obtención de materia prima leñosa a fin de la posterior utilización de la misma para producir energía.
Uno de los resultados del proyecto es poder determinar qué especie, densidad de cultivo y turno de corta proporcionará la mayor cantidad de biomasa por unidad de superficie, brindando así una información básica a aquellos productores y empresas interesados en iniciarse en este tipo de cultivo que, creemos, está llamado a formar parte de las opciones posibles a desarrollar para diversificar la matriz energética de la región.
Por: Juan A. Bustamante, Ingeniero agrónomo
Fuente: Los Andes on line
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