La ocupación forestal. ¿Otro mito que cae?
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- El 3 diciembre, 2007
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La ocupación forestal
Un estudio oficial comprobó que la actividad genera más puestos de trabajo que la pecuaria, al contrario de lo que muchos piensan.
Revista de la Sociedad de Productores Forestales (Uruguay), 10/2007.
La posibilidad de crear mayor número de puestos de trabajo en el área rural a partir del desarrollo forestal ha estado desde hace unos años cuestionada por algunos actores del quehacer forestal. En ese marco, el ingeniero agrónomo Daniel San Román, quien revista en los cuadros técnicos de la Dirección General Forestal (DGF) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), precisó que “todos los trabajos e informes elaborados por la Dirección de Estadísticas Agropecuarias del MGAP, en base al Censo General Agropecuario de 2000, concluyen que la actividad forestal ocupa mayor mano de obra que la pecuaria, actividad productiva antecesora en la inmensa mayoría de los establecimientos” que hacen silvicultura.
El profesional agregó que la ocupación es “dos a nueve (personas) cada 1.000 hectáreas para la actividad forestal y 1,96 a 2,65 cada 1.000 hectáreas para la actividad pecuaria, de acuerdo al tamaño de los establecimientos y sin contar la mano de obra contratada a empresas contratistas”.
Dijo que, además, “es sumamente relevante la utilización de empresas de servicio (empresas contratistas) para las distintas actividades en la fase agraria del complejo forestal, cuya mano de obra no ha sido censada”.
“A partir de la utilización de coeficientes técnicos y a los efectos de mitigar el hecho de no considerar la mano de obra proveniente de empresas contratistas, DIEA, en su publicación La actividad forestal a través del Censo Agropecuario, concluye que la actividad forestal ocupa siete puestos de trabajo permanente cada 1.000 hectáreas”, recordó San Román.
Por otra parte, “de acuerdo al Censo General Agropecuario de 2000, el promedio de residentes en los establecimientos forestales es prácticamente el doble que el promedio nacional en el año censal”, afirmó el experto, en tanto destacó que “teniendo en cuenta la información aportada por ese estudio y la existente en el Ministerio de Trabajo, los puestos de trabajo estarían en el orden de los ocho cada 1.000 hectáreas”.
San Román afirma en su análisis que “teniendo en cuenta diversas variables y la utilización de coeficientes técnicos el Sistema de Información Forestal de la DGF realiza una estimación de 11 puestos de trabajo permanentes cada 1.000 hectáreas forestadas para 2000, incluyendo como integrante de la fase agraria la producción de plantines en vivero”.
El técnico de la DGF aclaró que “los datos al año 2000 provenientes de las distintas fuentes se constituyen en una foto de la realidad en dicho momento, cuando la fase agraria del complejo forestal no se encuentra aún en su mayor demanda de mano de obra, situación que se verificará cuando en la mayor parte de los bosques plantados se estén realizando al mismo tiempo diversas actividades de silvicultura”.
Finalmente, concluyó en que “debería manejarse como puestos permanentes promedio en la fase agraria del complejo forestal al año 2000 entre siete y 11 cada 1.000 hectáreas de bosque plantado, dependiendo de los diversos factores que afectan dicha variable”.
Una mirada al futuro del sector
A los efectos de realizar una mirada al futuro y teniendo en cuenta empresas que ya hoy se encuentran desarrollando en su fase agraria todas las actividades –replantación, manejo, cosecha, mantenimiento y vigilancia–, las mismas tienen coeficientes de ocupación permanentes del orden de los 10 a 12 puestos de trabajo cada 1.000 hectáreas forestadas. Si se consideran las empresas que han desarrollado un complejo forestoindustrial, tienen hoy índices de ocupación superiores a 20 puestos de trabajo permanentes cada 1.000 hectáreas forestadas, de acuerdo a informantes calificados, según afirmó el ingeniero agrónomo Daniel San Román, de la Dirección Forestal.
La clave es asociarse
Los productores forestales del este del país, que explotan unas 10.000 hectáreas, ya iniciaron negocios de exportación; y van por más logros.
El presidente de Productores Forestales del Este (Profodes), Heraldo Yannuzzi, trazó desde la experiencia de su organización un panorama de la forestación uruguaya que atraviesa un momento de expansión a nivel de producción y exportaciones, lo cual se refleja en la actividad del grupo fundado en el año 2004. La organización agrupa a más de 30 productores forestales de Lavalleja, Treinta y Tres, Florida, Rocha y Cerro Largo.
En la actualidad, el grupo explota alrededor de 10 mil hectáreas principalmente de Eucalyptus globulus, maidenni y en inferior escala grandis, además de una menor superficie de pinos. En 2005 dicha asociación estaba conformada por 10 productores, actualmente con más de 30 asociados, se incrementó la superficie productiva y los servicios en común logrando captar clientes del exterior y exportar hasta el momento más de 100 mil metros cúbicos sólidos.
La primera exportación fue en junio del 2006 y en julio y agosto de 2007 se vendieron principalmente rolos de Eucalyptus globulus y maidenni en una proporción de 85% y 15% respectivamente hacia países del norte de Europa como Noruega y Finlandia, entre otros.
Según el presidente de Profodes, la rentabilidad obtenida por las exportaciones adquiere mucho sentido para sus inversiones, ya que la venta al exterior de madera aserrada y de pulpa “va a mantener y posiblemente incremente los valores internacionales que hoy se están pagando, por lo cual se presenta una perspectiva buena de rentabilidad de los montes a futuro”.
El colectivo busca generar la mayor rentabilidad a los productos forestales creando un volumen representativo para lograr las mejores condiciones de negociación y los menores costos en la cosecha y el transporte. Se cuenta con un contrato de exportación para 2007 por un volumen significativo de madera (globulus y maidenni) en rolos para suministro a fábricas de pasta de celulosa en la Unión Europea. Las exportaciones salen por el puerto de Montevideo, que está situado a 200 kilómetros promedio de estas forestaciones, agregó Yannuzzi, resaltando que se trata de una ubicación estratégica.
El ingreso creciente de nuevos productores a Profodes los llevó a buscar también diferentes caminos en lo concerniente al procesamiento de la madera (fundamentalmente Pinus y Eucalyptus grandis) que le dan valor a esta materia prima mediante los procedimientos de aserrío, impregnación y fabricación de tableros.
Sobre la extranjerización de la forestación y la presencia de grandes empresas en la plaza local en los últimos años, el presidente de la organización de productores dijo a Agroanuario que “ha disminuido la cantidad de productores chicos y medianos –como son los de Profodes– porque fueron comprados por compañías grandes, principalmente en el litoral” del país.
Consideró que el futuro va a depender de las inversiones de uruguayos en la forestación y advirtió que “hay clima y posibilidades para el desarrollo de explotaciones forestales medianas y pequeñas. La implantación de las especies de rápido crecimiento tiene turnos de corte muy buenos que están entre los mejores del mundo y los rendimientos por metros cúbicos sólidos que arrojan muchas de nuestras tierras dan una perspectiva muy positiva con nuevas técnicas de plantación a la cual se le agrega la ganadería”.
Yannuzzi explicó que todos los productores asociados a Profodes tienen ganadería en sus montes por lo que consiguen un doble propósito con la inversión en la tierra. El productor anunció que actualmente su asociación está en proceso de certificación y que en el segundo semestre de 2007 obtendrá la norma correspondiente que les permite alcanzar mercados externos cada vez más exigentes. Dijo que en el futuro será difícil acceder con madera no certificada a los países europeos, ya que “los valores que se pagarán serán muy diferentes entre una y otra. Se trata de un esfuerzo que están haciendo en conjunto los productores como asociación en Profodes”.
Finalmente expresó que el objetivo de integrar el grupo fue lograr “un buen intercambio técnico, bajar costos en servicios comunes como fotos aéreas, relevamientos y mediciones, y también promover en conjunto gestiones frente a otras entidades gubernamentales y lograr una masa crítica de montes para comercializar en forma directa”.
Fuente: Ecouruguay
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