Ambiente acústico y rendimiento. Ambiente acústico y actividad laboral
- Creado por admin
- El 1 enero, 2000
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En este estudio se analizan los diversos tipos de relación causal que existe entre el ruido y las consecuencias que se producen en cuanto a rendimiento y producción de errores en el trabajo. Se analizan las consecuencias en diversas tareas mediante estudios realizados y se enfoca una relación indirecta en el triplete ruido-rendimiento-errores en cuanto que probablemente se producen efectos fisiológicos y psicológicos. Veremos que la relación causal dependerá de varios factores (tarea, características intrínsecas de la persona, etc.) y que en algunos casos será poco clara.
Palabras clave
Ruido, rendimiento, errores, efectos fisiológicos, efectos psicológicos, comunicación, tarea, consecuencias.
Introducción
El ruido es uno de los agentes contaminantes más frecuente en los puestos de trabajo. En la bibliografía reciente, cuando un estímulo sonoro es descrito como ruido, no solo es por sus características físicas (intensidad, frecuencia, periodo de las vibraciones, etc.), sino, de forma operacional, a partir de sus efectos sobre las personas. Algunos autores inciden en la interferencia del ruido con la capacidad de detección y discriminación de otro estímulo. Otros, en la perturbación de la actividad o del bienestar fisiológico y psicológico.
Los efectos no traumáticos del ruido se denominan frecuentemente “efectos no auditivos” o “efectos extra-auditivos”, para diferenciarlos de aquellos que se producen en el órgano acústico debido al desgaste de éste producido por las ondas sonoras, los “efectos auditivos”. Smith y Broadvent definen los efectos no auditivos del ruido como “todos los efectos sobre la salud y el bienestar provocados por la exposición al ruido, exceptuando los efectos sobre el órgano auditivo y los efectos de enmascaramiento de la información auditiva”. Así pues, el ruido es un estímulo sonoro indeseable que puede tener efectos traumáticos (lesiones en los órganos receptores del sonido) y no traumáticos, y todos ellos tendrán consecuencias en el trabajo en lo referente al rendimiento y a la producción de errores.
Veremos que relación existe entre el ruido en el ambiente laboral y el rendimiento de trabajo y producción de errores. Para encontrar la relación se estudiará en primer término la relación directa entre estos tres factores, en tanto que dependiendo de la tarea que se realice y el tipo de ruido presente se obtendrán unos resultados u otros y la relación causal será verdadera (positiva o negativa) o no existirá. Otro tipo de situación que relaciona los tres factores antes mencionados mediante una relación causal indirecta es los efectos que tiene el ruido en la comunicación, ya sea en la comunicación oral como en la comunicación hombre-maquina/s y el deterioro que se puede producir en el rendimiento como en la producción de errores, que puede llevar a accidentes laborales importantes. Finalmente encontraremos otra relación causal indirecta que podría relacionar los tres factores, los efectos fisiológicos y psicológicos en el trabajador y sus posteriores consecuencias en el rendimiento y la producción de errores.
Ambiente acústico y actividad laboral
En un primer momento, el objetivo del estudio de los efectos directos del ambiente acústico de trabajo sobre el rendimiento fue definir los factores capaces de aumentar o disminuir la eficacia del operario. Promovidas por militares o por empresarios, numerosas investigaciones de psicología experimental han analizado los efectos de diferentes tipos de ruido sobre el rendimiento en diferentes tareas, a fin de extrapolar los resultados obtenidos en el laboratorio a las situaciones reales de trabajo.
Tareas
El tipo de tarea que se realice tendrá a ver en las repercusiones sobre el trabajador, así como la tipología de ruido que encontremos. Dependiendo de estos dos factores tendremos cambios (positivos, negativos o nulos) en el rendimiento y la producción de errores.
Tareas de vigilancia
Las tareas de vigilancia requieren una especial atención a señales concretas, son un tipo de tarea que exige atención continua. La diversidad de factores determinantes y la variedad de situaciones experimentales (tipos de ruido, particularidad de las tareas, criterios de medida, etc.) hacen muy difícil generalizar y realizar comparaciones , por ello los datos experimentales obtenidos no permiten realizar muchas afirmaciones con gran severidad respecto al operario expuesto al ruido en su puesto de trabajo. Sin embargo, algunos de los experimentos realizados nos pueden permitir avanzar conclusiones para futuros trabajos en los que se eliminen variables que puedan ejercer de confusoras.
Uno de los trabajos que pueden guiar a entender la relación en el triplete ruido-rendimiento-errores en actividades de vigilancia es el que se realizó con tareas de detección de señales auditivas, o de la vigilancia de señales en movimiento, los resultados del cual fueron muy negativos. Woodhead (1946) solicitó a los participantes a observar un monitor en el aparecían una serie de cartas que iban cambiando, con diferentes símbolos. La tarea consistía en encontrar una carta conectora en otro monitor, que también iba cambiando. Cuando se exponían a ruidos impredecibles y súbitos, los participantes cometían muchos más errores, la mayoría de ellos de omisión.
Otro trabajo científico importante se realizó en una planta inglesa de Kodak Ltd. que producía películas, los investigadores estudiaron a los empleados que hacían funcionar las máquinas perforadoras de carretes. Estos empleados trabajaban en dos compartimentos delimitados, y cada uno servía a unas máquinas que debían enfilar como proyectores: los trabajadores cobraban según la producción. La tarea era sensible a cualquier lapsus temporal de atención por parte del operador: si cometía un error al enfilar un carrete, era probable que este se rompiese o que otros estropearan la máquina. La mediciones demostraron que el ruido en esos departamentos era cercano a los 98 y 99 dBA. Los investigadores persuadieron a la compañía para que se produjese un tratamiento acústico en uno de los departamentos , reduciendo el nivel sonoro a 90 dBA. Los registros de carretes rotos y averías de máquina fueron tomados durante seis semanas antes y después del tratamiento. Los errores disminuyeron en frecuencia en el departamento tratado en comparación con el que no lo había sido. Con la reducción del ruido, probablemente se vieron afectados por el estrés en menor grado. (Broadbent y Little, 1960).
Teniendo en cuenta los experimentos mencionados y demás observaciones podemos avanzar las siguientes conclusiones, pensando siempre que se habrán de seguir estudiando para llegar una completa veracidad:
• Los efectos generales del ruido en tareas de vigilancia pueden tener consecuencias sobre el nivel medio de rendimiento y sobre la evolución de éste en el tiempo.
• El rendimiento se ve afectado si existen varias fuentes de señal o si son frecuentes las señales. Cuando la frecuencia de las señales es baja, bien ejerce el ruido una influencia favorable en el rendimiento, bien no ejerce ninguna.
• El ruido deteriora el rendimiento en una tarea de vigilancia cuando dicha tarea no es la prioritaria de una tarea doble.
• El ruido continuo deteriora el rendimiento de detección cuando su intensidad rebasa los 95 dBA, la duración de la exposición es superior a 30 minutos y las señales o parámetros vigilados son difíciles de percibir.
• En general, los experimentos en este tipo de tareas encontraron efectos negativos del ruido irregular en las tareas de vigilancia. La excepción se refería a sonidos de baja intensidad (72 dBA) y tareas simples como detectar una sola luz en un monitor.
Tareas de aprendizaje
Un estudio realizado en la industria automovilística demuestra que, durante el aprendizaje, el montaje de un carburador se efectúa más rápidamente en condiciones ruidosas (75 ó 90 dBA) que en condiciones relativamente silenciosas (65 dBA). El número de errores aumenta si las dos tareas se efectúan en condiciones ruidosas, pero la diferencia de tiempos de montaje entre el ruido y la calma no es significativa más que en el caso del climatizador. Podemos pensar, pues, que el aprendizaje del montaje de un climatizador es más vulnerable a la acción del ruido que el montaje de un carburador, ya que este es menos complicado de montar.
Con el estudio anterior podemos sacar la conclusión que el ruido afectará en las tareas de aprendizaje cuando ésta tarea sea de un grado de dificultad alto y requiera de una alta concentración.
El ruido es más molesto durante los periodos de aprendizaje que después, cuando el trabajo se vuelve más automático.
Tareas mentales
Este tipo de tareas requieren de una grado de concentración elevado que permita la buena elaboración de estas labores, ya sea resolución de cálculo y problemas, y demás tipología de tareas que requieran de una necesidad mental.
La mayoría de estudios que se realizan encuentran una relación directa entre el ruido y las tareas que requieran de memoria y resolución de problemas, y lo tratan como una fuente de distracción que elimina la concentración y provoca los errores.
Por otro lado, tres experimentos encontraron efectos beneficiosos en el rendimiento del test Stroop, consistente en ignorar información irrelevante, la cuál se ve ayudada por el estrés y la pérdida de atención. (Houston, 1969; O’Malley & Poplawsky, 1971).
En referencia a las tareas de cálculo, con alto contenido mental, se han realizado pruebas en las cuales se pudo apreciar un claro incremento de errores en un intervalo de treinta segundos con sonidos intermitentes. Así que encontraron una asociación entre el ruido impredecible y los errores en las tareas que implicaban cálculos mentales de rápida memorización. Una explicación del descenso del rendimiento puede ser que el ruido nos lleve a distorsiones de cálculo como consecuencia de la excitación. En dos estudios realizados, los participantes expresaron más confianza en los cálculos realizados bajo la presencia del ruido. Podría ser que el ruido lleve a la gente a tomar decisiones de un modo más rápido y descuidado como consecuencia de un exceso de confianza.
Algunos estudios no encontraron efectos del ruido en tareas mentales que ya estaban bien aprendidas, eminentemente prácticas y de retentiva a largo plazo, y en diversos tests de inteligencia no se apreciaron consecuencias sobre el aumento de la incidencia de errores.
En resumen, según los estudios realizados, concluyen que el ruido impredecible estaba asociado con tareas que implicaban cálculos mentales de rápida memorización, disminuyendo la atención y provocando errores. Sin embargo, no parece tener ningún efecto sobre tareas bien aprendidas, de retentiva a largo plazo, o eminentemente prácticas.
Se ha señalado que los efectos del ruido sobre el rendimiento en tareas mentales depende del grado de inteligencia; el ruido en personas de gran inteligencia disminuye el rendimiento en la realización de pruebas, mientras que en personas de inteligencia normal, es constante o ligeramente menor. Cabe también decir que no hay suficientes estudios significativos para afirmar la puntualización y se requiere de más experimentos.
Tareas de oficina
Aparte del descubrimiento de una disminución temporal del rendimiento debida a la repentina aparición-desaparición del ruido (Morgan, 1916) no parece que este ruido afecte en demasía a las tareas de oficina. Tales descubrimientos de la poca influencia de tales ruidos se apreciaron en diferentes experimentos como la transcripción de números, chequeo de números y otros, bajo condiciones de ruido irregular de incluso 100 dBA (Glass & Siger, 1972; Wohlwill, Nasar, DeJoy & Foruzani, 1976). En dos casos los ruidos se asociaron con una mejora del rendimiento durante sesiones breves de trabajo, quizá debido a la excitación temporal (Smith, 1951; McBain, 1961). Aún y los estudios realizados, no nos podemos aventurar a afirmar hipótesis sin consistencia, ya que los trabajos de oficina pueden ser muy variados y en cada uno de ellos puede actuar el ruido en mayor o menor grado, por ello precisaremos de más estudios que aíslen variables de confusión para aumentar la fiabilidad.
Tareas motoras
En el caso de las tareas motoras, los experimentos realizados concluyen que el ruido impredecible afecta negativamente al rendimiento.
En diez experimentos realizados, el rendimiento de la gente que se vio sometida a su tarea motora bajo condiciones de ruido intermitente descendió notablemente, como por ejemplo en el trabajo con tornos, tareas de rastreo y similares. El descenso del rendimiento se veía reflejado en una menor velocidad de trabajo pero no en un aumento de los errores.
Tareas simultaneas
Las tareas dobles son muy sensibles a la acción del ruido. Su vulnerabilidad se manifiesta a nivel de componentes o aspectos que presentan menor interés para el trabajador o que, según la consigna recibida, no son prioritarias.
En las tareas dobles, el efecto final de ruido depende de la demanda relativa de las fuentes de atención por parte de las componentes cognitivas de las dos tareas.
En tres de seis experimentos realizados con tareas simultaneas, el ruido impredecible provoca un pobre rendimiento en la tarea secundaria. Otro concluyó que la tarea primaria era la que se veía afectada, mientras que los otros dos, con periodos de mayor exposición, no encontraron efectos (posiblemente debido a la adaptación del trabajador al ruido).
Marco teórico. Teoría del Arousal
Esta teoría postula que el estado de activación del individuo puede describirse como una posición en un continuo variable, que va desde la somnolencia en el punto más bajo hasta la extrema excitación en el más alto. Habría un nivel óptimo de activación para cada tarea, y cualquier nivel de arousal que estuviese tanto por encima como por debajo de ese nivel óptimo, sería estresante.
Cuando existe monotonía, bajo nivel de estimulación, se presuponen generalmente niveles bajos de activación, mientras que para estimulación intensa y variable se esperan niveles altos de arousal.
Desde esta teoría se ha supuesto que el ruido eleva el nivel de arousal. Cuando el nivel de arousal es alto, se produce un estrechamiento de la atención. Debido a la sobrecarga de información, las demandas exceden de la capacidad total disponible, y la estrategia más empleada para enfrentarse a esta sobrecarga es la focalización de la atención disponible en los aspectos del ambiente más relevantes para realización de la tarea, a costa de los menos relevantes. Los niveles de atención cada vez son más selectivos a medida que el nivel de arousal se eleva.
Generalmente, las tareas complejas requieren la utilización de más fuentes de información, mientras que las más sencillas permiten una atención más selectiva sin que se altere el rendimiento, por lo que, si se produce un estrechamiento de la atención, en una situación de tarea compleja, es más probable que el organismo ignore señales relevantes para completar la tarea con éxito, que en tareas simples, en las que hay menos señales relevantes.
Por lo tanto, según esta teoría, bajo condiciones activantes habrá un descenso del rendimiento en las tareas complejas, mayor que en las simples, debido a que el nivel óptimo de arousal es más bajo para las primeras.
Se han hecho críticas a esta teoría unidimensional, ya que se sugiere que diferentes estresores afectan de un modo distinto al rendimiento y no a través de un mecanismo general y unitario de arousal, ya que cada agente estresor (entre ellos el ruido) tiene distintos perfiles de efectos. Sin embargo, esto no contradice el poder explicativo de la teoría.
Las tareas más sensibles a factores de bajo arousal son generalmente tareas simples, tareas monótonas que tienen fuertes demandas de atención sostenida (tareas de vigilancia) y que proporcionan al sujeto un escaso feed-back.
Los trabajos con altas demandas y estimulación ambiental intensa y variable (tareas con alta demanda y ruido) pueden tener el efecto opuesto, es decir, producir un arousal por encima del nivel óptimo. Las tareas más sensibles a factores de arousal elevado parecen ser las que tienen altas demandas de atención dividida (tareas simultaneas), de procesamiento de la información y de memoria, en las que, además, el descenso del rendimiento se manifiesta más en un incremento de la tasa de error que en una reducción de la rapidez de respuesta.
Otra crítica que se ha hecho a esta teoría es la relación mecanicista que la formulación tradicional establece entre arousal y rendimiento, abriendo una nueva vía de relación con la introducción del concepto de esfuerzo.
A pesar de las críticas, la teoría del arosual se puede utilizar como base para explicar según que alteraciones en el rendimiento y la producción de errores con un ambiente acústico ruidoso. Aunque indudablemente hay efectos sobre el rendimiento que no pueden explicarse con la teoría del arousal (ruido más otros efectos estresores, especificaciones con según que tareas y ruidos) podremos utilizarla para realizar una generalización de la explicación de los efectos del ruido sobre el rendimiento.
Marco teórico. Teoría del Arousal
Esta teoría postula que el estado de activación del individuo puede describirse como una posición en un continuo variable, que va desde la somnolencia en el punto más bajo hasta la extrema excitación en el más alto. Habría un nivel óptimo de activación para cada tarea, y cualquier nivel de arousal que estuviese tanto por encima como por debajo de ese nivel óptimo, sería estresante.
Cuando existe monotonía, bajo nivel de estimulación, se presuponen generalmente niveles bajos de activación, mientras que para estimulación intensa y variable se esperan niveles altos de arousal.
Desde esta teoría se ha supuesto que el ruido eleva el nivel de arousal. Cuando el nivel de arousal es alto, se produce un estrechamiento de la atención. Debido a la sobrecarga de información, las demandas exceden de la capacidad total disponible, y la estrategia más empleada para enfrentarse a esta sobrecarga es la focalización de la atención disponible en los aspectos del ambiente más relevantes para realización de la tarea, a costa de los menos relevantes. Los niveles de atención cada vez son más selectivos a medida que el nivel de arousal se eleva.
Generalmente, las tareas complejas requieren la utilización de más fuentes de información, mientras que las más sencillas permiten una atención más selectiva sin que se altere el rendimiento, por lo que, si se produce un estrechamiento de la atención, en una situación de tarea compleja, es más probable que el organismo ignore señales relevantes para completar la tarea con éxito, que en tareas simples, en las que hay menos señales relevantes.
Por lo tanto, según esta teoría, bajo condiciones activantes habrá un descenso del rendimiento en las tareas complejas, mayor que en las simples, debido a que el nivel óptimo de arousal es más bajo para las primeras.
Se han hecho críticas a esta teoría unidimensional, ya que se sugiere que diferentes estresores afectan de un modo distinto al rendimiento y no a través de un mecanismo general y unitario de arousal, ya que cada agente estresor (entre ellos el ruido) tiene distintos perfiles de efectos. Sin embargo, esto no contradice el poder explicativo de la teoría.
Las tareas más sensibles a factores de bajo arousal son generalmente tareas simples, tareas monótonas que tienen fuertes demandas de atención sostenida (tareas de vigilancia) y que proporcionan al sujeto un escaso feed-back.
Los trabajos con altas demandas y estimulación ambiental intensa y variable (tareas con alta demanda y ruido) pueden tener el efecto opuesto, es decir, producir un arousal por encima del nivel óptimo. Las tareas más sensibles a factores de arousal elevado parecen ser las que tienen altas demandas de atención dividida (tareas simultaneas), de procesamiento de la información y de memoria, en las que, además, el descenso del rendimiento se manifiesta más en un incremento de la tasa de error que en una reducción de la rapidez de respuesta.
Otra crítica que se ha hecho a esta teoría es la relación mecanicista que la formulación tradicional establece entre arousal y rendimiento, abriendo una nueva vía de relación con la introducción del concepto de esfuerzo.
A pesar de las críticas, la teoría del arosual se puede utilizar como base para explicar según que alteraciones en el rendimiento y la producción de errores con un ambiente acústico ruidoso. Aunque indudablemente hay efectos sobre el rendimiento que no pueden explicarse con la teoría del arousal (ruido más otros efectos estresores, especificaciones con según que tareas y ruidos) podremos utilizarla para realizar una generalización de la explicación de los efectos del ruido sobre el rendimiento.
David Martín Vilanova
Enviado por Cosmo Palacio
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