Agua y aire ¿ nuevos objetivos imperiales?
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- El 31 marzo, 2009
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SANTA FE.- Legisladores, intendentes y ONG provinciales solicitaron al Congreso de la Nación que se prohíba la exportación de agua dulce del río Paraná, al conocerse a través de denuncias de particulares e instituciones que el agua envasada es comprada en la región al valor de un euro y se vende a 11 en países europeos, hacia donde se la transporta en contenedores, según argumentó el senador provincial Ricardo Kaufmann (FV).
La empresa Makhena SA, con sede en Miami y sucursal en la Capital, ofrece por Internet exportar agua dulce del Paraná. El mercado sería Medio Oriente o Africa. Alberto Cholewa, socio de la firma, reconoció que la exportación se puede realizar “a granel [en buques cisterna] y sin procesar”.
Según informes del sector privado, Makhena ya efectuó este tipo de negocios de 1983 a 1987. Cholewa admitió que un cisterna despachado a Medio Oriente con 7000 toneladas de agua tendría hoy un costo cercano a US$ 2 millones. El agua se extrae del río con anuencia de las provincias de la cuenca, que se asocian al emprendimiento.
Ante la progresiva escasez de agua dulce en el mundo, el Senado provincial aprobó el mes pasado un proyecto para que el Poder Ejecutivo interceda ante los legisladores nacionales para que elaboren un proyecto de ley que prohíba la exportación de agua potable. Ricardo Kaufmann, senador por el departamento de Garay, sostuvo que “el Estado tiene que prever lo que pueda pasar; el agua es un recurso natural que pertenece a las provincias”.
En apoyo de esta demanda, el doctor en química analítica Deonaldo Carbajal dijo: “El tema es gravísimo. Nos están sacando un recurso vital y nadie parece preocuparse. La gente no está enterada y los políticos no toman debida atención”.
Carbajal explicó: “El agua que se extrae aquí se lleva en contenedores hasta Escocia, donde la fracciona una empresa que integra la familia Bush. En Italia comercializan el medio litro de esa agua, ya potabilizada, a 11 euros”. Recordó que el mismo grupo norteamericano adquirió miles de hectáreas en Córdoba. “Son tierras estériles, pero abajo están las napas. Otro lugar que también está siendo aprovechado con idéntico fin es Salta”, señaló.
El especialista advirtió “sobre el problema” que padecerán las próximas generaciones, ya que, sostuvo, “los que vienen y se llevan el agua no tienen grandes costos. No hay ninguna ley que lo prohíba. Explicó que en el mundo el 78% de la superficie de la tierra es agua; de ese porcentaje, el 3% es agua potable, dulce. Y de ese 3%, el 1% está en el acuífero Guaraní, un estratégico reservorio de agua que ocupa 1.190.000 km2 bajo los suelos de la Argentina, Paraguay, Brasil y Uruguay. “Antes apuntaron a la India y Africa; ahora nos toca a nosotros. Se están llevando la última riqueza que nos queda”, opinó.
La visión de la ONU
SANTA FE. La primera respuesta a la preocupación por la exportación de agua dulce fue la del consejero sobre Agua, Cambio Climático y Medio Ambiente de las Naciones Unidas, Diego Malpede, quien anunció que “la ONU va camino de establecer un claro régimen de regulación jurídica de los acuíferos internacionales. Según la ONU, los Estados tienen soberanía plena sobre los recursos hídricos bajo su territorio.
Por José E. Bordón
Para LA NACION
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Sr Director: hace algunos días pero con mucho atraso, como siempre en mi caso, pude leer en su boletín No 678 del 11/11/2008 que, en base al artículo precedente, la legislatura de Santa Fe quería prohibir la exportación de agua dulce del Paraná a Europa, donde se la vendía embotellada a razón de unos 11 Euros el litro (hoy serían unos 14 dólares). Es conmovedora la preocupación de los honorables legisladores de esa hermosa provincia, en especial el senador provincial Ricardo Kaufmann (FV) por las cosas serias e importantes.
Hasta ahora, como Ramona Galarza, yo creía que el Paraná era un río (agua que fluye) que tenía sus nacientes principales en Brasil, desaguaba en el Río de La Plata y éste a su vez en el Océano Atlántico, donde esa agua dejaba de ser “dulce” y por lo tanto dejaba de ser útil al hombre, pero al parecer resultó ser una laguna (agua quieta) y de allí el temor de que se agote el recurso si se lo explota y exporta en demasía: el Paraná podría quedarse sin agua!.
Es una pena, porque de haber sido realmente un río, antes que “prohibir” esa exportación hubiera sido bueno fomentarla, porque sería un recurso naturalmente renovable ya que el caudal normal continuaría llegando como creíamos hasta ahora . En efecto: ¿Para qué preocuparse por producir cereales, oleaginosas, carne (Cuota Hillton incluida), frutas, etc, etc, por unos pocos cientos o miles de dólares la tonelada, si se puede vender agua común embotellada de tan diminuto arroyo (más de 15000 m3/segundo, como caudal promedio según creían algunos) a razón de 14000 U$s/Tonelada?. Aplicando apenas 10 % de retenciones, el gobierno hubiera tenido solucionados su problemas de caja y se terminaría la pelea con los chacareros.
Como es público y notorio, todos los países del primer mundo están habitados por tarados congénitos, incomparables con la inteligencia natural de los argentinos que, por supuesto, somos los mas “vivos” del planeta. Por lo tanto, me parece curioso que ningún empresario criollo se haya interesado en explotar tan redituable industria, al menos mientras teníamos la ilusión de que el Paraná era un río y habiendo tantos “Giles” en Europa , desesperados por comprarnos las botellitas.
Escuché también por TV un programa de “Chiche” Helblung entrevistando a un periodista de anteojos, cuyo nombre no conozco, pero es un señor rosarino que suele o solía colaborar en los programas de Mariano Grondona los domingos, quién comentaba que muchos buques que llegaban a la Argentina se volvían a sus pagos llevando agua robada del Paraná como lastre, para venderla embotellada o para regar áreas desiertas, éstas últimas especialmente en Africa y Medio Oriente.
El problema parece ser que ningún barco puede navegar totalmente vacío pues se vuelve inestable y podría dar una vuelta de campana, de allí que se le carga agua para estabilizarlo.
Sin embargo, se me ocurre que deben ser muchos mas los barcos que vienen a la Argentina a BUSCAR carga y por lo tanto no necesitarían lastre porque se van cargados (sobre todo cereales, oleaginosos y sus derivados), que los que vienen CARGADOS (productos industrializados) y se vuelven vacíos o, mejor dicho, llevando para sus pagos esa agua dulce robada a los argentinos, declarándola como “Lastre”.
No conozco cual será la capacidad de carga de un buque normal, pero me parece haber escuchado que la mayoría pueden llevar entre 35000 y 50000 Toneladas. Sabemos que la Argentina producía anualmente hasta el año pasado, casi 100 millones de toneladas de productos agrícolas y agroindustriales (ahora parece que será bastante menos con la sequía) y suponiendo que se exporte solamente la mitad, es decir unos 50 millones de toneladas, para transportarla se necesitarían al menos 1000 a 1300 arribos por año de barcos de ese tipo.
No conozco las cifras oficiales, pero no creo que los tonelajes de importaciones sean mas de 15 o 20 millones de toneladas, en su mayoría productos industrializados, es decir el equivalente de 300 a 500 barcos, suponiendo que su capacidad sea similar a los graneleros (cosa que ignoro).
Si estoy mas o menos en lo cierto y sería bueno que alguien que sepa de comercio exterior nos haga llegar cifras mas correctas, de cada 5 barcos que llegan a nuestros puertos, mas de 3 deberían venir “vacíos “ a buscar carga (¿traerán agua extranjera como lastre y la descargarán aquí?. ¡ Que peligro de contaminación ! ) y sólo 1 o 2 llegarían “cargados”, siendo éstos los piratas que se roban el agua del Paraná durante el viaje de regreso y según los “especialistas” (ver artículo de La Nación), depojando a los a los argentinos de “la última riqueza que nos queda” (SIC) según los especialistas.
Respecto a la idea de llevar agua dulce para regar zonas desérticas en África o Medio Oriente, es bueno hacer notar que una Hectárea de regadío (100m x 100m =10000 m2) necesita al menos el equivalente de 10000 m3 de agua por año, para poder hacer una agricultura intensiva (Diez mil metros cúbicos de agua para riego por Hectárea equivale a 1000 milímetros anuales de lluvia, es decir: 10000 m2 x 1000 mm). Por lo tanto, con uno de esos barcos cargados con 50000 Toneladas de agua dulce (1 m3 = 1 tonelada), se podría regar la fabulosa extensión de 5 HECTAREAS desérticas durante un año. No sé a que costo podrían hacerlo, pero la nota afirma que 7000 m3 de agua puestos en medio oriente tienen un costo de 2 millones U$S o sea 0.28U$S /litro (mas o menos lo que se le paga por la leche a un tambero en la Argentina). De ser así, se me hace que el negocio puede resultar un tanto “carito”. ¿Qué cultivarán para poder cubrir los gastos? ¿Hashish?. ¿Marihuana?. ¿Opio?. ¿Cocaína ?. Tal vez la verdadera intención de los legisladores santafecinos y las ONGs denunciadoras sea combatir la producción de drogas y por eso quieren prohibir las exportaciones de agua dulce.
Esto plantea un problema también, por frustaciones impensadas. Ejemplo: como entre las provincias de Santa Fé y Córdoba, siempre hubo cierta amistosa competencia o rivalidad atenuada, es posible que algún legislador cordobés o alguna ONG local, se haya quedado un tanto envidioso (“….¡¿Cómo no se me ocurrió a mí….?¡”) y, para no ser menos, deseen emular o superar la iniciativa santafecina, prohibiendo algo para emparejar el tanteador. Si es así, me gustaría ayudarlos con la siguiente idea y que no se preocupen, porque no les cobraré patente ni derechos de autor.
Veamos:
1) En diversos negocios de artículos regionales en las áreas turísticas de Córdoba, sobre todo en el Valle de Calamuchita, he visto que se vende “Aire cordobés” en latitas similares a las de cerveza. En diciembre pasado valía 3$ (unos 90 centavos de dólar por entonces) la latita de 200 cc, es decir U$S 4.5 el litro o sea U$S 4500 el metro cúbico. Suena interesante como negocio, porque seguramente los europeos son tan giles que pagarían gustosos hasta 100 dólares / litro de aire cordobés (¿ y si se la cotizamos en Euros?.
¡ Después de todo el agua será importante para la vida, pero mucho más lo es el aire!).
2) Por ahora, no es mucho el volumen comercializado, pero… ¿Y si algún malvado agente extranjero comienza a exportar el aire de las Sierras de Córdoba en bidones, contenedores, aviones tanque o barcos?. ¡ La provincia de Córdoba se puede quedar sin aire, a semejanza de lo que pasaría con agua del Paraná!
3) El peligro es inminente: imagino un desierto desvastado con sus habitantes, flora y fauna formado un dantesco cementerio, donde ni los caranchos podrían volar (por falta de aire que los sustente y porque ellos también necesitan respirar) .
El tema me resulta preocupante en lo personal, pues tengo muchos parientes que viven allí y quisiera ponerlos sobre aviso para que emigren a zonas mas seguras.
4) Me parece que así como se gestiona la prohibición de exportaciones de agua del Paraná, también se impone un proyecto de ley prohibiendo “la exportación de Aire Cordobés” en todas sus formas, en defensa de nuestra soberanía respiratoria y la no depredación de los recursos naturales.
Recuerden: la próxima guerra será por el agua, pero la que guerra que venga después será por el aire. (Ya verán: Doña Lilita Denuncietti seguramente lo denunciará en breve, valga la redundancia).
Como siempre y hasta que salga esta iniciativa en defensa de nuestro aire, sólo cabe felicitar a dirigentes políticos de la talla del senador provincial Ricardo Kaufmann (FV) y a ciertas “ONGs denunciadoras”por su patrióticos desvelos y la gran imaginación puesta en evidencia para defender los verdaderos intereses del pueblo y, de paso, mantener el nivel de sugestión colectiva con los tres principios clásicos en que algunos delirantes basan su accionar:
a) El fin justifica los medios.
b) Miente que algo queda.
c) La Verdad es lo de menos: lo único importante es lo que la gente tiene ganas de creer.
Atentamente.
Por: Dr Peralta E. H. (Geólogo)
DNI 7975695
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